♣ Iniciando el camino ♣
Este es un espacio dedicado a nuevos escritores. Aquí iré subiendo sus comienzos, sus primeros pasos en este fabuloso mundo de la escritura.
La mayoría de ellos son autodidactas. Sólo el impulso de volcar sus sentimientos más sensibles los llevan a escribir estas lineas aquí compartidas.
“Tú creas tus propias oportunidades”
El hombre del sillón

Cuando alcanzó a reconocer su rostro, vio que había envejecido.
Las noches y los días transcurrieron sobre él, como atraviesa el viento las playas sureñas de mi país; nada lo detiene; es tan fuerte, que se lleva todo a su paso. Los días pasaron y se llevaron los pocos sentimientos que tenía.
Escondía los marcos de sus fotos, porque temía a los recuerdos de su triste pasado. Él no podía detenerlo, el tiempo se marchaba por cada agujero de su habitación vieja; tan vieja como el alma que llevaba dentro.
Cuando se atrevía hablar de sus recuerdos, contaba de su niñez: la vida pobre que había llevado junto a su Abuela materna, sus hermanos y su Madre; pernoctar en una casa añeja, llena de incomodidades, que él no notó hasta que conoció lo que era vivir mejor.
Allí permanecía, en la penumbra de su sala con pequeños ventanales, con grandes cortinados de color bordó -que no dejaban atravesar ni una pequeña gota de luz- sentado en su sillón. Esta habitación lo hacía sentir bien dentro de su propio encierro, rehén de sus tristes recuerdos.
Pasó sus últimos días contando su historia. La trágica muerte de la mujer que más lo amó. Sólo quiso recordar su pasado por que su presente estaba lleno de dolor. Se preguntó en varias ocasiones en qué había fallado. Se amaba tanto a sí mismo, que no encontró la respuesta. Comprendió que sólo los rumores -nunca confirmados- habían determinado su solitario carácter.
Un día, en un instante estalló de su boca la más difícil decisión: debería acabar con el sufrimiento de sus recuerdos y de su cuerpo, que lo obligaba a no moverse para evitar los dolores del profundo mal que lo acompañaba.
La sola idea de separarse de su cómodo sillón, lo transportaba a su cruel realidad.
Sólo dejó salir de su boca una frase… esta frase le marcó el final.
Lo menos grave que podía suceder, por supuesto, era que una simple frase dicha al descuido le devolviera la agresividad que había ocultado por un tiempo, en su letargo obligatorio.
¡FELICIDADES, Lau!
Sorprendida con tus últimas innovaciones … ADELANTE
Un abrazo
Gracias Ürsulina!!!